Un día como hoy de 1844 a las 11 de la noche fue proclamada nuestra Independencia Nacional, gracias a un grupo de hombres que tomaron la iniciativa y tenían el deseo de ver a su patria libre, sin importar las consecuencias y se jugaron el todo por el todo. Aunque hoy día nada de esto importe para muchos gobernantes que han pasado por nuestra Nación.
Da pena y verguenza ver en lo que está convertida nuestra sociedad de hoy, a tal punto que muchos funcionarios han vendido áreas protegidas del territorio dominicano como si fueran propiedad de estos. Lo peor del caso es que parece que no existe un Ministerio de Medio Ambiente que vele por el rescate y preservación de nuestros recursos naturales, todo esto sin mencionar los barcos que vienen aquí a depositar desechos tóxicos.
Retomando nuevamente aquel hecho histórico que marcó un antes y un después en República Dominicana, hoy los dominicanos, nos sentimos profundamente orgullosos del resultado de aquella acción independentista llevada a cabo por un grupo de revolucionarios en ausencia de Juan Pablo Duarte, quien fue el gran ideólogo de la lucha contra la invasión haitiana, pero que 1843 en pleno preparativo para organizar el movimiento de independencia, se vio obligado a abandonar el país de manera clandestina hacia Curazao.
La sociedad solo recuerda como Padres de la Patria a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, dejando en el olvido a un gran grupo de revolucionarios que participaron en el proceso de independencia que culminó el 27 de febrero de 1844, y que tenía como propósito tomar posesión de todos los fuertes de la vieja muralla que rodeaba la ciudad, tanto como del puerto y de la barca que enlazaba el barrio de Pajarito (actual Villa Duarte).
Pero iniciaron por la Puerta de la Misericordia, allí Mella acompañado por un grupo de hombres, disparó el trabucazo que dio inicio a la abierta acción separatista. Los rebeldes que se encontraban allí y que nadie hace mención de ellos fueron: Tomás Bobadilla, Manuel Jiménes, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas.
Gracias a un grupo de hombres y mujeres con visión, hoy podemos decir entre comillas que somos un país libre e independiente, que viva la República Dominicana...
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domingo, 27 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
Libro atribuye fracaso de la revolución Moyista a indecisión y cobardía del general Benito Monción.
Santo Domingo.-La Revolución Moyista iniciada el 21 de julio 1886 y que se extendió a las poblaciones de La Vega, Santiago, Moca, Dajabón y Puerto Plata,terminó en un rotundo fracaso por la indecisión y cobardía atribuida al general Benito Monción, en los momentos cruciales de enfrentamientos, a pesar de su fama de hombre valiente.
De acuerdo a un relato recopilado por el historiador Andrés Blanco Díaz, el general Monción desestimó el espionaje en las tropas enemigas y se negó a enfrentar y perseguir a los adversarios, atendiendo a informaciones recogidas en los cantones directamente de mujeres que no participaban en los combates.
En el libro “Recuerdos de la Revolución Moyista: Memorias, Apuntes y Documentos”, se cita como otras causas del fracaso de ese movimiento, “no haber ocupado la Otra Banda, que era la más importante operación al sitio de Santiago, no haber marchado sobre Santo Domingo, operación que no se llevo a cabo, porque Monción no dio la gente que Moya le pedía y las traiciones de Juan Gómez y otros”.
La obra, puesta a circular por el Archivo General de la Nación, constituye un aporte significativo al conocimiento de las interioridades de las guerras civiles a principios del siglo pasado, basada en relatos de los propios caudillos, de los partes militares y de la correspondencia entre los actores involucrados.
La nueva publicación de 246 páginas, resalta con testimonios documentales las divagaciones e indecisión de los cabecillas militares y los apuntes de un participante, con una extraordinaria coincidencia en los acontecimientos que se desarrollaron y en los puntos de vista expuestos por los diferentes protagonistas.
De acuerdo a un relato recopilado por el historiador Andrés Blanco Díaz, el general Monción desestimó el espionaje en las tropas enemigas y se negó a enfrentar y perseguir a los adversarios, atendiendo a informaciones recogidas en los cantones directamente de mujeres que no participaban en los combates.
En el libro “Recuerdos de la Revolución Moyista: Memorias, Apuntes y Documentos”, se cita como otras causas del fracaso de ese movimiento, “no haber ocupado la Otra Banda, que era la más importante operación al sitio de Santiago, no haber marchado sobre Santo Domingo, operación que no se llevo a cabo, porque Monción no dio la gente que Moya le pedía y las traiciones de Juan Gómez y otros”.
La obra, puesta a circular por el Archivo General de la Nación, constituye un aporte significativo al conocimiento de las interioridades de las guerras civiles a principios del siglo pasado, basada en relatos de los propios caudillos, de los partes militares y de la correspondencia entre los actores involucrados.
La nueva publicación de 246 páginas, resalta con testimonios documentales las divagaciones e indecisión de los cabecillas militares y los apuntes de un participante, con una extraordinaria coincidencia en los acontecimientos que se desarrollaron y en los puntos de vista expuestos por los diferentes protagonistas.
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